(2) Las riquezas son engañosas. El Señor Jesús dijo que el engaño de las riquezas ahoga la Palabra (cf. Mateo 13:22). Advierte a los niños que las posesiones no pueden proporcionar la felicidad verdadera y duradera (ya sea que las busque el rico que nunca tiene bastantes, o el pobre que se preocupa y suspira por ellas). Háblales de los profesionales adinerados que no tienen tiempo para disfrutar de su dinero, y de las personas que viven detrás de agobiantes rejas de seguridad para sentirse sanas
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